viernes, 4 de enero de 2019

Epitome del Awakusu-kai


Episodio 9: Awakusu Ninkyō
Ninkyō es una palabra para referirse a los Yakuza más específicamente al tipo caballeroso, honorables, glorificados en las películas, la traducción literal seria ‘Caballeroso’.

Esta es una historia del pasado y futuro. 
Una historia de retorcida historia. 

En el futuro. Un cierto parque en Ikebukuro. 

“Eres muy curiosa, señorita ¿O es intrépida la palabra correcta?”
Un hombre entre las sombras, desgastado y sosteniendo un bastón-Akabayashi- sentado en un banco del parque, dijo eso a la mujer a su lado, quién parecía estar por sus veinte años. 
“Para incluso pensar en entrevistar a un yakuza como yo.”
Mientras decía eso, miraba la tarjeta de trabajo que ella simplemente le había pasado. 
Kinomiya Kazane. 
Akabayashi, después de responder su pedido para una entrevista, había verificado su trasfondo. 
Ella era una simple freelancer que se especializaba en investigar primicias dudosas y leyendas urbanas, y escribía noticias para revistas de chismes aquí y allá. 
La mujer miro Akabayashi y contestó.
“Solo es que las revistas para las que escribo tienen muchos lectores curiosos sobre el estilo de vida de personas como tú.”
“¿Es curiosidad mórbida? O quizás ellos admiran las películas de bandidos, aquéllos con un sentido personal de justicia. Pero es mejor dibujar la línea entre la realidad y ficción.”
Akabayashi se encogió de hombros cuando dijo eso. Kazane inicio la entrevista interactivamente: 
“¿No te gustan los personajes de bandidos en películas e historietas?”
“Ahhh… te refieres, a esos tipos que ayudan al débil y aplastan al fuerte ¿Incluso si son yakuza? Bueno, cuando era joven, podría haber pensado que era pretencioso. Si eres enfrentado con una realidad fea, allí llega un momento en el que solo quieres escupir  sobre las cosas bonitas.”
Akabayashi se rió de sí mismo-depresivamente, y mirando a la distancia, continúo.
“Pero si sigues de esa manera, eventualmente comenzaras a pensar, que quizás no es malo tener yakuza que digan cosas bonitas, si es sólo en libros y películas.”
“Hay rumores de que le gusta velar por las personas jóvenes, y se niega a tocar las drogas. Desde la perspectiva de un forastero aparentemente tienen esa imagen de ti.”
“Ésa es demasiada alabanza. En primer lugar, una buena persona no estaría en esta línea. Esto no es una confesión o algo, sólo un ejemplo… Si alguien dice que no puede aguantar las drogas, pero se la pasa pegándole a las personas, ayudando a casinos clandestinos, e incluso vendiendo ilegalmente cangrejos de contrabando, él todavía es un delincuente para la sociedad ¿No? ¿Qué pensarías de un asesino en serie que se la pasa gritando ‘¡odio las drogas!’?”
“En cualquier caso, supongo que es el tipo de persona a la que cualquiera no se acercaría de buena gana.”
Kazane contestó honestamente. Con una sonrisa torcida, Akabayashi dijo.
“Exactamente. Yo quiero que tu artículo sea directo. Asegúrate de que los niños sepan que es un trabajo al que no deben aspirar.”
“En ese caso, Akabayashi-san… ¿Tiene pensado iniciar de nuevo en la vida?”
“¿Mm? Ah, por supuesto, si es posible eso sería lo mejor… No, la verdad sería lo mejor si nunca hubiera dejado el camino recto… Pero, ya ves, no soy joven. Y no tan capaz de poder elegir otra manera de vivir a estas alturas.”
Su mirada permaneció lejos. 
“¿Por qué el Awakusu?”
“¿Hm?”
“De mi investigación, parece que eras un peleador muy famoso… habían muchos grupos grandes en Tokio, más grandes que ellos ¿Entonces por qué elegiste el Awakusu-kai?”
“Hablas demasiado favorablemente de mí. Era simplemente un compañero inútil que no pudo proteger correctamente a su propio jefe. Sólo paso que el viejo hombre del Awakusu me eligió.
Riéndose entre dientes, e Akabayashi se inclinó hacia atrás en el banco, y miró fijamente al cielo. 
Un cielo nublado que amenazaba con lluvia, incluso ahora. 
Y cuando miró el cielo, abruptamente, la memoria resurgió: 
Del día en que llegó por primera vez al Awakusu-kai, después de permitir que su jefe muera ante él. 

En el pasado. Oficina del Awakusu-kai. 

“Pa… ¿Jefe, está seguro?”
La joven cabeza Awakusu Mikiya se detuvo rápidamente de decir ‘Papá’ cuando cuestionó al jefe, también su padre, Awakusu Dogen. 
“Sí. Justo acabo de decir, de hoy en adelante él estará bajo nuestra protección como un invitado… ¿Han escuchado los rumores del Demonio Rojo, cierto? Ciertamente es alguien que nosotros querríamos en nuestro lado.”
“¡Él es el tipo que dicen mato a su propio jefe antes!”
Akabayashi. 
Él era un funcionario de otra organización que había existido hasta hace unos pocos días, y era muy conocido por su violencia. Un hombre que habiendo ganado su nombre con solo sus habilidades de pelea por estos días y años, tenía un aire de estilo antiguo-y se le reconoció como una entidad peligrosa. 
Pero desde que su jefe anterior fue apuñalado en el estómago por un acuchillador delante de él, había rumores de que él era el asesino real. 
Nadie podría estar seguro porque Akabayashi tuvo su ojo herido antes por el acuchillador; era posible que el acuchillador sea el verdadero culpable, aun así Akabayashi había sido impotente en prevenirlo. Además, el acuchillador había asesinado al matrimonio en el vestíbulo Sonohara; era difícil figurar quien mato al jefe exactamente. 
Con esto en mente, las protestas de Mikiya eran de esperar-pero Dogen meramente, inexpresivamente, le dijo a su hijo.
“Eso es verdad ¿Pero qué con eso?”
“‘Que con eso’… Jefe…”
“El fuerte se come al débil en nuestro mundo. Los únicos que mueren son tontos; fin de la historia. Si consigo el mismo final por esto, todo significará  que yo era un tonto. ¿No?”
“…”
Mikiya quedo mudo, pero otro funcionario habló. 
“Jefe, puede ser bastante para usted, pero sí parece que nos traicionara ¿Tenemos la libertad para acabar con él nosotros?”
Los ojos del hombre estaban fríos, como un vaso de mármol. Dogen apenas se encogió de hombros.  
“Honestamente, eres seco como siempre, Kine.”
Y con una mirada afilada, él dijo.
“Esto es un dado. No sólo Akabayashi; Todos aquí están en la misma situación ¿No? Tú no te sentaras calladamente aquí en la casa a jugar, verificare eso. Ese niño Kazamoto ha estado subiendo en el ranking como si no hubiera mañana; él es un próximo candidato. Shiki, Aozaki, ahora no es tiempo para relajarse. Tenga eso presente. 
Después de reprenderlos e irse del cuarto, los funcionarios restantes empezaron a hablar. 
“… En serio, que está pensando el jefe…”
El que suspiraba descaradamente era la joven cabeza Mikiya. 
Con el ceño fruncido miro a Akabayashi, y dijo, amenazantemente.
“Escucha esto. No sé lo que pretendes, pero ya que eres el invitado del jefe, te trataremos así. Pero estaremos observando tus acciones.”
“Debidamente dicho, joven cabeza.”
“… Llámame Gerente. Ésa es la regla por los alrededores de aquí.”
“Claro, Gerente, señor.”
La actitud indiferente de Akabayashi se reunió con intensas miradas afiladas. 
Pero debido a su estado como invitado del Jefe, no podía haber hostilidad sincera. 
En cambio, Shiki que había estado hasta ahora callado hablo al funcionario de cicatriz en la cara, a su lado.
“… Esto es sorprendente, Aozaki. Habría pensado que objetarías más violentamente.”
“Las palabras del viejo son la ley. Él dice háganlo, nosotros lo hacemos. No hay ninguna maldita diferencia en si ese tipo mato a su jefe.”
Entonces Aozaki volvió su mirada a Akabayashi, y advirtió al recién llegado con un bajo gruñido. 
“Pero nadie dice que tiene que agradarme. No me importa si intimidas por los alrededores fuera de aquí -nosotros no damos premios por eso aquí, señor ‘Matón del Patio de recreo’. 
“Oh, eso da miedo. Tomaré nota de eso, Señor Aodaisho.”
“¡Quién es Aodaisho!”
(Aodaisho- una especie de serpiente; ‘General azul’. Bueno, esto ya lo sabíamos) 
“Oi, oi. Tú te burlaste de él primero.”
Shiki detuvo a Aozaki que estaba hirviendo y dio voz a su propia pregunta. 
“¿Pero por qué elegiste venir aquí? Con tu reputación, debiste tener ofertas suficientes en otros lugares.”
“Ah, bueno… Con mi historia, las oportunidades en otros lugares me usarían solo como un arma de repuesto. Y este artista marcial, un viejo amigo mío, mencionó que el jefe aquí, no tiene ningún gusto por las drogas.”
Akabayashi contestó evasivamente. Aozaki, mientras recuperaba su calma, contestó. 
“Ha ¿Entonces vale todo pero las drogas están fuera de los límites? ¿Qué, quieres ser el  bandido de una película ninja?”
“¿Oh, estás en las películas? Me gustaría verte conmovido hasta las lágrimas.”
“Tu pequeño bastardo…”
Aozaki apretó sus puños y se paró, dirigiéndose hacia la puerta. 
“No tengo tiempo para discutir contigo hoy.”
Él crujió sus nudillos y cuello, y una sed de sangre se encendió en sus ojos, y dijo.
“Todavía necesito ir a destruir esa banda de mocosos que escogieron una lucha con nosotros, después de todo.”

Unas horas después. En algún lugar de la ciudad. 

“Realmente, Aozaki es ingenuo.”
Cuando Shiki dijo eso, estaba caminando en las calles de una ciudad a lo largo de la noche, acompañado por aproximadamente diez de sus hombres. 
“Él infravaloró esa banda. Ahora incluso tienen la dirección de su amante.”
La joven banda 'Gyaraon' se formaba de miembros anteriores de bosozoku, y no tenían ninguna aversión en usar medios clandestinos en sus ataques; muy problemático 
Aozaki debería estar dirigiéndose hacia su escondite ahora mismo -pero la red de Shiki había tomado noticias de que una sección de la banda se había separado y había empezado a movilizarse independientemente, y aparentemente se dirigían hacia la casa de la amante de Aozaki. 
¿Usando su propia base como una trampa, entonces irrumpen en la casa de su amante para crear una situación de rehén…? ¿O simplemente quedaran en espera allí?  
De cualquier modo, es una buena oportunidad para tener a Aozaki endeudado. 
Con esos pensamientos, Shiki llegó al apartamento-sólo para fruncir el ceño frente a la escena que se encontró. 
Dos hombres estaban de pie en el estacionamiento detrás del edificio. 
Para ser precisos, más de diez hombres yacían en el suelo, mientras dos hombres que tenían caras bastante familiares estaban de pie casi completamente intactos. 
Viendo la imponente escena, uno con una sonrisa alegre, el otro inexpresivo. 
“Akabayashi-san… Kine. ¿Por qué están aquí?”
No había ninguna necesidad de verificar; ésos en suelo eran probablemente los miembros de Gyaraon. ¿Pero que estaban haciendo esos dos aquí? 
Cada uno de los dos ofreció su respuesta.
“Oh, Shiki-san. El Jyan Jyaka Jyan al que golpeé recientemente, de algún modo han tomado gusto de mí. Ellos me pasaron un poco de información, por lo que me puse curioso y tomé un paseo.”
“… Exactamente no confío en Akabayashi aquí. Estaba yendo detrás de el en caso de que planeara algo, entonces ayudé con los punks del Gyaraon. Eso es todo.”
Shiki sólo pudo suspirar, mientras presionaba las yemas de sus dedos en su sien. 
“… No tengo palabras. Saben hay un límite para presumir.”
“Pienso que tu medio ambiente es un poco vistoso en sí mismo.”
“No escuchare eso de alguien que vino aquí solo y desarmado.”
“Más importante, tus hombres llegaron justo a tiempo. Ayúdanos a mover a todos estos bribones hacia los automóviles.”
Akabayashi, Shiki y Kine se miraron entre los tres – antes de sincrónicamente, estallar en risas. 
“Que buen pesar, es una tripulación abigarrada la que tenemos aquí.”
“Oigan, oigan. Sólo el jefe Doguen podría recoger un grupo así.”
Kine tomo el intercambio entre Shiki y Akabayashi, y con una mirada perdida, dijo medio para sí mismo.
“… Y ahora probablemente ese otro tonto debe estar iluminando con fuego la base de estos niños.”

Al día siguiente. Oficina del Awakusu-kai. 

Al final, la base de Gyaraon fue arrasada desde sus cimientos. 
Después de ser reprimido por haber explotado la situación, Aozaki dejó el cuarto a medida que Akabayashi estaba entrando en la oficina. 
Aozaki chasqueo su lengua, cuando pasaban uno al lado del otro, sin incluso mirar a Akabayashi, habló. 
“… No esperes las gracias, Akabayashi. Todavía me caes mal.”
“Eso está perfectamente bien. Asustaría a todas las chicas lejos de la barra si a alguien con una cara terrorífica le agrado.”
La respuesta de Akabayashi contenía un entretenimiento irreemplazable. Aozaki chasqueo su lengua de nuevo, y, haciendo una mueca, contestó. 
“… Te devolveré el favor algún día. Aplastarte vendrá después.”
Y con ese día como catalizador, el Awakusu-kai entró en lo que algunos llamarían su era dorada, mientras ganaban un poder significante bajo el cobijo del grupo Medei - pero en ese momento no tenían ni idea de eso. 
Ni siquiera el hombre que los había congregado; El propio Doguen Awakusu.

Futuro. Un cierto parque en Ikebukuro. 
                                                     
“¡Gracias por tanto el día de hoy!”
“No, no, sería de ayuda si los niños saben apartarse de los yakuza, después de escuchar lo que tengo que decir.”
La entrevista había llegado a un cierre, con Akabayashi que compartió únicamente lo que era seguro.
En respuesta, Kazane habló de su próxima cita. 
“Tengo una entrevista fijada con Shiki-san como lo siguiente.”
“Oi, oi ¿Incluso Shiki no danna? Él justo podría ser el tipo más aterrador en el Awakusu-kai ¿Sabes?”
“Sí… por eso quiero averiguar con mis propios ojos lo que le gusta.”
“Haha, podrías morir joven o vivir una larga, muy larga vida, Señorita.”
Después de decir eso graciosamente, Akabayashi golpeó su bastón en el suelo, y continúo. 
“… Pero sugiero que actúes cuidadosamente.”
“¿?”
“Eres la hermana pequeña de ese médico clandestino del que nosotros confiamos tanto, después de todo.”
“¡…!”
A esas palabras, la expresión de Kazane cambió. 
“No hay ninguna necesidad de ser tan cauta. Así como puedes investigar sobre nosotros, nosotros podemos encontrar tu información bastante fácilmente.”
“…”
“¿Ya sabes, no? ¿De lo qué tu hermano trabaja?”
“… Sí.”
Kazane asintió resueltamente, a lo que Akabayashi, sonriendo, contestó.
“¿Por eso decidiste entrevistarnos?”
“… Yo quiero entender el tipo de mundo en el que está mi hermano. Porque no puedo solo tener miedo, o fingir ignorancia, o simplemente asumir que es una mala persona y tratarlo con desdén, o justo ignorarlo como alguien en ese negocio…”
"Ah ~, bueno. Es normal ser molestado. Siendo un médico clandestino en sí mismo, pero incluso está haciendo tratos con  personas como nosotros…”
Allí la cara de Akabayashi se puso sobria, y continuó.
“Señorita.- No digo que tienes que perdonarlo. No estoy diciéndote que te hagas la ciega, o lo detengas a toda costa. De hecho, puedes llamar a la policía si gustas; es tu familia.”
“Akabayashi-san…”
“Pero hay una cosa que necesitas saber. Tu hermano puede tratar privadamente con lesiones y otras cosas, pero no trafica drogas o hace cosas en las que hiere a las personas directamente… Supongo que algunos de los que trata siguen hiriendo a otras personas, entonces… indirectamente ese es otro asunto.”
Kazane absorbió las palabras de Akabayashi, y después de pensar, sonrió. 
“… Eres una buena persona, Akabayashi-san. Eso es por qué eres como una bandido de película.”
“No te engañes. Sólo estoy pretendiendo ser bueno.”

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